FLOTADORES Y MANGUITOS
¿aMIGOS O ENEMIGOS?

seguridad infantil en la piscina
Muchas son las personas que cada año, cada verano se disponen a comprar una serie de flotadores o manguitos para los más pequeños, entendiéndolos como la mejor forma de prevenir accidentes en el medio acuático.
Muchas son las que se asombran, se extrañan, o se muestran temerosas al ver que niños de corta edad, ¡e incluso bebés! están en el agua sin material de apoyo o con la simple ayuda de los mayores. Y yo me pregunto: ¿Realmente ofrecemos seguridad a nuestros hijos? ¿Cómo hacemos para que disfruten del baño libremente? Vamos a indagar un poco en este asunto.
¡LIBERTAD DE MOVIMIENTO! JUGAMOS CON PAPÁ Y MAMÁ
En la actualidad, existen novedosos inventos para la flotación de los niños en el agua como los flotadores de cuello o cinturones que permiten mayor capacidad de movimiento, pero desde mi opinión, siguen siendo un peligro y una forma de auto engañarnos pensando que así podemos estar más tranquilos, pensando que así no habrá ningún accidente.
Si lo que queremos es estar realmente seguros, que nuestros niños tengan experiencias acuáticas agradables, seguras y enriquecedoras, debemos estimularlos lo máximo posible, debemos enseñarles a flotar y moverse en el medio por sí mismos, y qué mejor forma de hacerlo que mediante EL JUEGO y formas jugadas.

¿Cómo lo estimulo?
Lo primero que debemos tener en cuenta es que el niño debe estar desprovisto de flotadores, manguitos o cualquier material de flotación que le interrumpa el movimiento libre y espontáneo que podría producirse en el agua. Si bien cierto es que, de primera, parece más peligroso, poco seguro y trabajoso para los padres, a la larga nos alegraremos. ¡Ojo!, desprovisto de material, pero nunca desprovisto de la ATENCIÓN, AYUDA y SOSTÉN de los mayores.
Mediante el juego con papá y mamá el pequeño se olvida del miedo, se olvida del entorno y deja paso a la diversión en la extensión de su significado. Con sencillos juegos cómo hacer pompitas soplando el aire por la boca debajo del agua, o desplazar al niño, agarrado por las axilas, de forma que nade hasta alcanzar un objeto, estamos desarrollándole habilidades qué a la larga, y sin ser conscientes de ello, pasarán a ser destrezas, y lo más importante, ¡su seguro de vida!

Estela Díaz
Responsable departamento Seguridad Infantil
En definitiva, diremos que la mejor opción a la hora de comprar algún flotador o manguito es no comprar nada. La mayor seguridad que le podemos ofrecer a nuestros hijos es estimularlo en el agua mediante juegos y movimientos libres, con nuestra ayuda, de forma que vayan tomando conciencia del medio y adaptándose de forma espontánea, para así poder prevenir y evitar por sí mismos cualquier accidente.